martes, 17 de noviembre de 2009

Pequeño inciso que no viene mucho a cuento en este blog literario

(Está claro que, para tener una vida plena, ésta no debe dejar de sorprendernos.

Una persona requetecercana a mí ha rebuscado entre mis papeles, y me ha hurtado documentación personal y confidencial.

La ha utilizado en un juicio, para alegar que estoy desequilibrado. Evidentemente, todos los profesionales que me han tratado lo han desmentido por escrito, y mi honor está intacto.

Y todo, muy resumidamente, por dinero.

Afortunada o desgraciadamente, he nacido en una familia con un buen patrimonio económico. Pero el dinero es para el humano como la mierda es para las moscas. Y las moscas infectan. Y las moscas son cojoneras.

Es verdad que tuve una etapa de desequilibrio hará un año, motivado por una sucesión rapidísima de decepciones y pérdidas personales. Es verdad que tengo un pequeño problema mental (Es TOC, o más concretamente, la enfermedad que tan bien caricaturiza Jack Nicholson en Mejor Imposible, y que posee más del 2% de la población aunque muchos no lo sepan), pero ese bache personal está más que superado, y la enfermedad más que controlada.

Como dijo un escritor que no recuerdo en un libro suyo, doy las gracias a todo el mundo que me ha hecho daño y me ha defraudado, porque gracias a ellos soy lo que ahora soy. Y gracias a ellos y gracias a lo que soy en estos momentos, sé que voy a tener una vida tremendamente increíble.

No soy el mismo que era hace unos meses. Ahora soy indestructible. Ahora soy insumergible. Y si me llego a destruir me reconstruiré rápidamente, y si me llego a sumerger, sé bucear por un tiempo ilimitado.

Soy un Aquiles sin talones.
Soy un búnker con alma.
Soy un Titanic en un mar sin icebergs.
Soy un Terminator pacífico.

Gracias a los que me han dañado y me han defraudado, y gracias también a mi familia (salvo uno) y a mis amigos, que han estado a mi lado fielmente tanto en las duras como en las maduras, ¡Demostrándome lo que realmente significa amor y querer!
Entre mis amigos, gracias principalmente a Chus y a Mario, por haber estado a mi lado, muy cerca de mí. Y por haber tenido el valor de meter sus brazos en la mierda y haberme ayudado a salir de ella.

Y gracias también a mi abuela por todo lo que me enseñó sobre la vida. Fue una mujer sabia y tremendamente inteligente, tanto, que creo que llegó a profetizar situaciones que ella ni siquiera ha llegado a contemplar en vida.

Ahora, a ese ser, a esa mosca cojonera, tengo que denunciarle por calumnia y por hurto de datos confidenciales. Y eso se paga con moneda de trena. Pero me conozco, y seguramente me termine apiadando y se lo perdone todo. No valgo para hacer de malo, y esa es la mayor virtud que sobresale entre todos mis defectos.

En cualquier caso la vida es como una guerra, y yo, a partir de ahora, voy a ostentar el grado de general. Y no pienso ceder ni capitular ante nada ni nadie.

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